29 abr 2008
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Disappear, disappear, disappear, disappear,
disappear, disappear...
Say if I could
Look into myself and reason
But I could never never see or
Make sense of the dealings
~ Disappear - INXS
~ La piel.
Tu tacto
tu piel
suave fuerte tendida
dando dicha
apegada
el amor a lo tibio.
Pálida por la frente
sobre los huesos fina
triste en las sienes
fuerte en las piernas
blanda en las mejillas
y vibrante
caliente
llena de fuegos
viva
con una vida ávida de traspasarse
tierna
rendidamente íntima.
Así era tu piel
lo que tomé
que diste.
Tu tacto
tu piel
suave fuerte tendida
dando dicha
apegada
el amor a lo tibio.
Pálida por la frente
sobre los huesos fina
triste en las sienes
fuerte en las piernas
blanda en las mejillas
y vibrante
caliente
llena de fuegos
viva
con una vida ávida de traspasarse
tierna
rendidamente íntima.
Así era tu piel
lo que tomé
que diste.
~ El Poeta Enamorado by Ciencias Naturales
Triste historia
y un poeta enamorado
varios años se exiliaron
que ha perdido la razón.
Frente a frente,
no midieron las palabras
recurrieron a las armas
de apuntar al corazón.
Él soñaba,
noche a noche en su poesía
que con lástima escribía
pués de nada le sirvió.
Y ella en cambio,
era tan fria y tan fuerte
que ni dos versos latentes
volvieron a su cajón.
Y se bebió,
las palabras
del poeta enamorado
como gotas con las que se desahogó.
[...]
Lentamente
hizo el auto y su maleta
poco a poco su chaqueta
iba sintiendo el dolor
Y al momento
fue el primero en derrumbarse
justo antes de marcharse
una lágrima escribió
Tantos años
compartiendo junto a ella
y ahora en busca de otras estrella
el bohemio se largó
[...]
28 abr 2008
26 abr 2008
21 abr 2008
16 abr 2008
[...]
Tenías la piel erizada y te reías.
Estábamos tan próximos que no podíamos vernos, ambos absortos
en ese rito urgente, envueltos en el calor y el olor que hacíamos juntos.
Me abría paso por tus caminos, mis manos en tu cintura encabritada y las
tuyas impacientes. Te deslizabas, me recorrías, me trepabas, me envolvías
en tus piernas invencibles, me decías mil veces ven con los labios sobre
los míos.
En el instante final teníamos un atisbo de completa soledad, cada uno perdido
en su quemante abismo, pero pronto resucitábamos desde el otro lado del
fuego para descubrirnos abrazados con el desorden de los almohadones
[...]
♥
Tenías la piel erizada y te reías.
Estábamos tan próximos que no podíamos vernos, ambos absortos
en ese rito urgente, envueltos en el calor y el olor que hacíamos juntos.
Me abría paso por tus caminos, mis manos en tu cintura encabritada y las
tuyas impacientes. Te deslizabas, me recorrías, me trepabas, me envolvías
en tus piernas invencibles, me decías mil veces ven con los labios sobre
los míos.
En el instante final teníamos un atisbo de completa soledad, cada uno perdido
en su quemante abismo, pero pronto resucitábamos desde el otro lado del
fuego para descubrirnos abrazados con el desorden de los almohadones
[...]
♥
Él trató de amarla. La recorrió con paciencia, resbalando por sus colinas y hondonadas, abordando sin prisa sus rutas, amasándola, hasta que ella se entregó, abierta. Entonces él retrocedió con muda reserva. Ella se volvió para buscarlo, escondiendo la cara, como empeñada en el pudor, mientras lo palpaba, lo lamía. Él quiso abandonarse con los ojos cerrados y la dejó hacer por un rato, hasta que lo derrotó la tristeza o la vergüenza y tuvo que apartarla. Encendieron otro cigarrillo, ya no había complicidad, se había perdido la anticipada urgencia que los unió durante ese día, y sólo quedaban sobre la cama dos criaturas desvalidas, con la memoria ausente, flotando en el vacío terrible de tantas palabras calladas.
Al conocerse esa mañana no ambicionaron nada extraordinario, no habían pretendido mucho, sólo algo de compañía y un poco de placer, nada más, pero a la hora del encuentro los venció el desconsuelo. Estamos cansados, sonrió ella, pidiendo disculpas por esa pesadumbre instalada entre los dos. En un último empeño de ganar tiempo, él tomó la cara de la mujer entre sus manos y le besó los párpados. Se tendieron lado a lado, tomados de la mano, y hablaron de sus vidas en ese país donde se encontraban por casualidad, un lugar verde y generoso donde sin embargo siempre serían forasteros. Él pensó en vestirse y decirle adiós, antes de que la tarántula de sus pesadillas les envenenara el aire, pero la vio joven y vulnerable y quiso ser su amigo. Amigo, pensó, no amante, amigo para compartir algunos ratos de sosiego, sin exigencias ni compromiso, amigo para no estar solo y para combatir el miedo. No se decidió a partir ni a soltarle la mano. Un sentimiento cálido y blando, una tremenda compasión por si mismo y por ella le hizo arder los ojos.
[...]
En ese momento él debió decirle que ése no era el comienzo de un nuevo amor, ni siquiera de una pasión fugaz, era sólo un instante de tregua, un breve minuto de inocencia, y que dentro de poco, cuando ella se durmiera, él se iría; debió decirle que no habría planes para ellos, ni llamadas furtivas, no vagarían juntos otra vez de la mano por las calles, ni compartirían juegos de amantes, pero no pudo hablar, la voz se le quedó agarrada en el vientre
[...]
entonces pudieron abrazarse y llorar, hambrientos de pactos y de confidencias, de palabras prohibidas, de promesas de mañana, compartiendo, por fin, el más recóndito secreto.
~ Lo más olvidado del olvido - Isabel Allende
[...]
Allí los olores y sabores adquirían una cualidad extrema. Al tocarse
en las tinieblas lograban penetran en la esencia del otro y sumergirse
en las intenciones más secretas.
En ses lugar sus voces resonaban con un eco repetido, las paredes les
devolvían ampliados los murmullos y los besos.
Allí los olores y sabores adquirían una cualidad extrema. Al tocarse
en las tinieblas lograban penetran en la esencia del otro y sumergirse
en las intenciones más secretas.
En ses lugar sus voces resonaban con un eco repetido, las paredes les
devolvían ampliados los murmullos y los besos.
~ Extractos de "Cuentos de Eva Luna" de Isabel Allende
[...]
Tal vez en la intimidad de su cuarto, cuando estaba sola en la cama,
sentía un profundo alivio porque ya no tenía que seguir tirando
de la pesada carreta de sueños, ya no era necesario mantener vivo
el personaje inventado para representarse a sí misma, ni seguir
haciendo malabarismos para disimular las flaquezas de un amante
que nuca estuvo a la altura de sus ilusiones.
- I. Allende
Tal vez en la intimidad de su cuarto, cuando estaba sola en la cama,
sentía un profundo alivio porque ya no tenía que seguir tirando
de la pesada carreta de sueños, ya no era necesario mantener vivo
el personaje inventado para representarse a sí misma, ni seguir
haciendo malabarismos para disimular las flaquezas de un amante
que nuca estuvo a la altura de sus ilusiones.
- I. Allende
Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego,
de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche,
déjate caer y doler, mi vida.
*
más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia
*
La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
La alucinada con su «maleta de piel de pájaro»
huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.
La que fue devorada por el espejo
entra en un cofre de cenizas
y apacigua a las bestias del olvido.
*
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
~ Alejandra Pizarnik.
de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche,
déjate caer y doler, mi vida.
*
más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia
*
La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
La alucinada con su «maleta de piel de pájaro»
huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.
La que fue devorada por el espejo
entra en un cofre de cenizas
y apacigua a las bestias del olvido.
*
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
~ Alejandra Pizarnik.
[...]
Bajo esa apariencia algo vulgar se encontraba un alma refinada y una delicadeza
que no sabía traducir en gestos o palabras. Al contemplarla, a veces se le llenaba los
ojos de lágrimas y el pecho de una oprimiente ternura, que él disimulaba de un manotazo,
sofocado de vergüenza.
Le resultaba imposible expresar sus sentimientos y creía que cubriéndola de regalos y
soportando con estoica paciencia sus extravagantes cambios de humor y sus dolencias
imaginarias compensaría las fallas de su repertoria amante.
Ella provocaba en el un deseo perentorio, renovado cada día con el ardor de los primeros
encuentros, la abrazaba exacerbado, tratando de salvar el abismo entre los dos, pero toda
su pasión se estrellaba contra los remilgos de ella, cuya imaginación permanecía afiebrada
por lecturas románticas. [...]
~ Cuentos de Eva Luna - Isabel Allende
Andas por esos mundos como yo; no me digas
Que no existes, existes, nos hemos de encontrar;
No nos conoceremos, disfrazados y torpes,
Por los anchos caminos echaremos a andar.
Nos nos conoceremos, distantes uno de otro
Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar.
¿Dónde estrá la boca, la boca que suspira?
Diremos, el camino volviendo a desandar.
Quizá nos encontremos frente a frente algún día,
Quiza nuestros disfraces nos logremos quitar.
Ya haora me pregunto... Cuando ocurra, si ocurre
¿Sabré yo de suspiros, sabrás tu de suspirar?
~ Un día - Alfonsina Storni
Que no existes, existes, nos hemos de encontrar;
No nos conoceremos, disfrazados y torpes,
Por los anchos caminos echaremos a andar.
Nos nos conoceremos, distantes uno de otro
Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar.
¿Dónde estrá la boca, la boca que suspira?
Diremos, el camino volviendo a desandar.
Quizá nos encontremos frente a frente algún día,
Quiza nuestros disfraces nos logremos quitar.
Ya haora me pregunto... Cuando ocurra, si ocurre
¿Sabré yo de suspiros, sabrás tu de suspirar?
~ Un día - Alfonsina Storni
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
[...]
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
[...]
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
~ Besos - Gabriela Mistral
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
[...]
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
[...]
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
~ Besos - Gabriela Mistral
Tus ojos se pierden en la noche para añadir el insomnio al deseo.
*
Ella eclipsa todas las imágenes
Deslumbra al amor y sus sombras rebeldes
Ama -ama para olvidarse.
*
Te amo por tu sabiduría que no me pertenece.
Te amo contra todo lo que no es más que ilusión.
"Si volviera a empezar, te encontraría sin buscarte".
Que mi corazón estalle!
Que el amor a su antojo, acabe con mi cuerpo. "
~ Eluard
[...] No sé si estar alegre o estar triste, ya no entiendo la voz sino el acento, ya no busco ni espero ni presiento: apenas sé que estoy. Que está. Qué existe. Pero cómo saber si es sólo un juego: neblina, soledad, engaño, fuego. ¿Es un juego? Pues bien, hay que jugarlo * aquél de la impaciencia y el latido y la fiebre y el grito y el gemido y el difícil momento del silencio. ~ J.P
7 abr 2008
Sarcástica ♥
~ Extractos de Alejandra Pizarnik
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
* sólo la sed el silencio ningún encuentro cuídate de mí amor mío cuídate de la silenciosa en el desierto de la viajera con el vaso vacío y de la sombra de su sombra
* un lugar no digo un espacio hablo de qué hablo de lo que no es hablo de lo que conozco no el tiempo sólo todos los instantes no el amor no sí no un lugar de ausencia un hilo de miserable unión.
... este corazón sólo misterioso. Siniestro delirio amar a una sombra.
* un lugar no digo un espacio hablo de qué hablo de lo que no es hablo de lo que conozco no el tiempo sólo todos los instantes no el amor no sí no un lugar de ausencia un hilo de miserable unión.
... este corazón sólo misterioso. Siniestro delirio amar a una sombra.
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